Al tenerlo en sus brazos, María ve de cerca la agravación y profundidad de todas las llagas y heridas de su hijo, reavivando el dolor. Este dolor final es la culminación del duelo de Nuestra Madre, y el libramiento de su dolor en torno a la resurrección prometida. Doncella María: https://tuckery840qiy6.blogchaat.com/profile